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Jorge Valdano. |
¿Qué
hacen los líderes deportivos para crear un clima emocional positivo en cada
partido? ¿Por qué saben escapar de la rutina? ¿Qué les hace diferentes? Como si
de una alineación de fútbol se tratara, Jorge Valdano reflexiona sobre cuáles
son las once claves que definen a un líder. Trabajo en equipo, liderazgo,
motivación son algunos del los temas que aborda el antiguo director general del
Real Madrid en la obra "Los 11 poderes del líder" (Conecta), pero
desde el punto de partida de que el deporte puede explicar al ser humano y muy
especialmente aquellos estímulos que lo activan para superar sus desafíos.
Estos son los 11 poderes que definen al líder según Valdano.
1.- El poder de la
credibilidad
Hay
un tipo de credibilidad que resulta "indiscutible", la que otorga el
conocimiento. "Al que sabe, siempre se le respeta", asegura Valdano.
Igual de importante es a este respecto la autoridad moral, por lo que la
credibilidad es la consecuencia de una trayectoria ética impecable. Si hablamos
de dignidad, Valdano hace especial hincapié en Frank Rijkaard, que entrenó al
Barcelona entre 2003-2008. Dice de este entrenador holandés que fue
"respetuoso hasta la ingenuidad con el medio futbolístico en el que creció,
educado hasta el martirio con los periodistas a los que padeció y resistente
hasta el heroísmo en defensa de la dignidad de su cargo".
Otro
paradigma es Pep Guardiola. En su tercer partido al frente el Barcelona se lo
jugaba todo contra el Sporting de Gijón, tras empezar la liga con una derrota y
un empate. Pero redobló su apuesta por el juego ofensivo "como
siempre" e insistió en darle la dirección del equipo a Sergio Busquets,
que había debutado una semana antes y solo había jugado en Tercera División y
había disputado algunos partidos menores en Copa de Cataluña. Pero el equipo
marcó seis goles y encontró una senda triunfal que ya no abandonaría. Por eso,
Valdano asegura que Guardiola ganó algo más ante sus jugadores. Credibilidad.
Es esa condición personal "que cuesta mucho conseguir y poco perder".
2.- El poder de la
esperanza
La
esperanza genera ilusión y la ilusión es una gran fuente de energía para un
equipo de alto rendimiento. "Un buen líder tiene que intervenir con
ingenio frente a una mala situación y para eso es muy valioso el poder de la
palabra. Siempre existe el modo de convertir un problema en una oportunidad.
Basta con inventar un cuento donde la esperanza encuentre sentido", apunta
Valdano. Y es lo que hizo el entrenador italiano Marcelo Lippi en 2006.
Entonces, la selección italiana iba a jugar el Mundial en medio de un gran
escándalo de corrupción que señalaba a Luciano Moggi. Había decenas de
sospechosos entre árbitros, jugadores y directivos. Entonces, el entrenador
italiano reunió a su plantilla y les espetó: "El Fútbol italiano solo
tiene una posibilidad de revertir la situación, que este equipo sea campeón del
mundo". Lo que era un motivo de vergüenza se convirtió en una motivación
extra. E Italia terminó por ganar el campeonato.
3.- El poder de la
pasión
El
talento siempre ha necesitado de energía, y no existe mejor energético que la
pasión. Son muchas las empresas que entierran la pasión baja capas burocráticas
que aniquilan la espontaneidad. Y es que el exceso de control "destruye
toda iniciativa". Por eso, son gente como Camacho, Raúl o Guardiola
quienes nos recuerdan que "el control mata la vida". Además, la
pasión es contagiosa. "Un hombre apasionado tiene la virtud de arrastrar a
un equipo entero con su desbordante entusiasmo". La pasión es ambiciosa
por naturaleza. Y el ejemplo claro es el caso de Raúl González, "ambicioso
todos los días de su vida y a todas horas". Sin ser el más rápido, ni el
más fuerte, ni el más técnico, n i el más creativo, pasó a convertirse en uno de
los mejores jugadores del mundo.
4.- El poder del
estilo
El
estilo es mucho más que la forma. Es la manera de ser de una empresa o una
persona. "Y quien tiene un modo de ser se distingue, marca la
diferencia", asegura Valdano. Así, explica, "el Real Madrid tiene una
historia triunfal y un estilo construido por centenares, si no miles, de
personas". Para Valdano, "cuando se pierde un partido o un campeonato
siempre habrá otras oportunidades. Pero cuando se pierde el estilo, se pierde
todo".
5.- El poder de la
palabra
Para
el ejercicio del liderazgo, "las palabra siguen siendo
insustituibles". Todo gran líder "es un comunicador eficaz que sabe
muy bien cómo manejar las aspiraciones y los temores de las personas que
dirige", apunta Valdano. Uno de los ejemplos que cita es el de Cesar Luis
Menotti, "un hombre de convicciones profundas y con una fuerza seductora
incomparable en sus discursos". También Luis Molowny, mito del madridismo,
primero jugador y luego entrenador de éxito, lidió con estrellas rutilantes
gracia a un discurso fácil, relajado y cargado de sentido común. Para Valdano,
el fútobl es poca cosa sin la palabra, y el líder también. "La palabra
persuade, matiza, convence, quita o pone tensión, guía los sueños...".
6.- El poder de la
curiosidad
El
tiempo pasa tan rápido que el conocimiento envejece a toda velocidad. Por eso,
insiste Valdano, "solo la curiosidad nos permite perderle el miedo a este
estado de cambio permanente". Así, quien tiene curiosidad no tiene miedo
al futuro porque se abre de modo natural a las ideas, al cambio y a la
innovación. Hasta en un ámbito tan físico como el del fútbol, "está
abierto a continuas revoluciones impulsadas por gente inteligente" como,
por ejemplo, Pep Guardiola. En lugar de refugiarse en la seguridad del éxito
que ya había alcanzado, siguió explorando nuevos caminos cada temporada. Por
ejemplo, apostó por un número nunca visto de centrocampistas o cambió la
posición de Messi.
7.- El poder de la
humildad
"Yo
no jugaba solo". Esta es la respuesta que suele dar Alfredo Di Stéfano a
aquel que se le acerca con la intención de recordarle alguna actuación
memorable o de elogiar su enorme talento futbolístico. Y es que la humildad es
la "única rienda para contener las tentaciones siempre casquivanas de la
vanidad". Y es que la vanidad tiene consecuencias gravísimas en las
empresas, donde las soluciones tienen que ser siempre colectivas.
8.- El poder del
talento
En
todo líder debe haber un pedagogo capaz de lograr que su discípulo se sienta
único. Un equipo competitivo no es un rebaño, todo lo contrario; "cuanto
más diferentes sean sus miembros, más rica será la suma de conocimientos y de
sensibilidades que nos lleven al éxito", asegura Valdano. Pero el talento
hay que buscarlo. "Siempre recomiendo que se busque gente con una virtud
sobresaliente antes que gente sin defectos cuando pretendemos iniciar un
proyecto empresarial". En el fútbol ocurre algo parecido, existe el riesgo
de que los jugadores "sin defectos" nos dejen sin jugadores, por
ejemplo, de la calidad de Guti. "Mucha empresas de estos días llevan un
camino parecido.
9.- El poder del
vestuario
El
poder del vestuario es el poder del equipo, pero esto siempre exige una
contribución personal. Cada futbolista tiene que entregar algo del
"yo" al servicio del "nosotros". Y la tarea del líder es
lograr que todos se sientan solidarios, orgullosos de la idea que representan.
Así, "existe una aspiración que a todos nos hace igual de felices:
sentirse importante. Si cada miembro del equipo siente que es valorado por el
grupo, a ese vestuario dará gusto entrar y en ese equipo dará gusto
jugar".
10.- El poder de la
simplicidad
"No
hay nada más difícil de definir que la simplicidad", apunta Valdano, por
cuanto este concepto alude de algún modo a la perfección. Simplicidad remite a
pureza máxima, a lo esencial. Un ejemplo muy claro es el de Hugo Sánchez,
"capaz e marcar 38 goles en una temporada y todos ellos de un solo toque.
Sin necesidad de tener que parar la pelota, de orientarla, de acomodarla.
Siempre se encontraba con el balón en el momento justo, en el lugar justo y con
el perfil justo". Y algo parecido sucede con los líderes de verdad, que
toman siempre el camino recto, sin complicaciones.
11.- El poder del
éxito
"Cuando
el liderazgo es eficaz activa el profesionalismo, el optimismo, el espíritu de
superación, las conductas solidarias...". El éxito también. Es una
satisfacción íntima, el orgullo por el trabajo bien hecho. Un futbolista,
cuando está delante de un entrenador, solo ve dos cosas. Entrenador fuerte o
entrenador débil. Por eso, el éxito es un gran afrodisíaco que hace creíble un
proyecto y a las personas que lo encarnan. Y por esta razón, "hay especialistas
en apoderarse, para sí, de triunfos colectivos. Auténticos caraduras", se
despacha Valdano.
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